“Donde la nada se da cita con el tiempo y se es divino en la cáscara rota… más allá de otros destinos, sin estopas ni excusas, en la pesadilla de los dioses, en el hueso seco de una sonrisa… aplastado por las miserias, eterno, sin golondrina… Se enciende el abismo en una piedra,
en el ángulo cambiado, no es una ciudad cualquiera, quizá sea la esperanza en hoja de otoño…”.